DIÁRIO DO ENCONTRO AMERICANO N° 20
26 de abril de 2011
Editorial
Aproveitamos a ocasião para c onvidamos os colegas que tenham apresentado trabalhos sob a rubrica “Preparatórias”, a enviar seus textos para o Diário do Americano, como arquivo anexo para lucíola.bhe@terra.com.br. O e-mail deverá ter como assunto PREPARATÓRIAS.
Convocamos as Escolas, suas seções e delegações, nos quatro cantos de nossa vasta América, a compartilharem as ressonâncias produzidas por ocasião das atividades preparatórias para o V ENAPOL, através de uma breve nota, comentário, ou pequeno texto, de no máximo 1500 caracteres, com espaços incluídos. Os que quiserem colaborar poderão enviar sua contribuição como arquivo anexo para lucíola.bhe@terra.com.br. O e-mail deverá ter como assunto PREPARATÓRIAS-RESSONÂNCIAS.
Lucíola Freitas de Macêdo
p/ Edição do Diário do Americano
Bate-Bola
Es imposible terapeutizar el psiquismo
María Hortensia Cárdenas
“La salvación por los desechos”(1) es un texto que podríamos leer a la luz de la diferencia entre el psicoanálisis aplicado y el psicoanálisis puro. La salvación es por el sinthome, la chifladura de cada uno. Contrario a la salvación, la perdición estaría en el uso de la sugestión.
Si todo el mundo es loco, entonces no hay sentido común que valga para todos. “Todo el mundo es loco” es una fórmula que, señala Jacques-Alain Miller en “Cosas de finura en psicoanálisis”, no permite hacer emerger una noción de normalidad. No se llega a esto, a la normalidad, porque es “imposible terapeutizar el psiquismo”, dice Lacan. De ahí que la acción del analista no se piense a partir de la terapéutica (2).
Freud partió de la terapéutica cuando supuso que el síntoma podía curarse, levantarse, disolverse, desaparecer. Lacan muestra que el síntoma es constante, y lo define en tanto sinthome, la chifladura de cada uno, en tanto un modo de goce singular incurable. “Cuando la preocupación terapéutica domina nuestra acción, se suspende lo que tiene de radical la operación analítica”. Por eso es que se puede reconocer que la verdad del psicoanálisis, la esencia del psicoanálisis está en el psicoanálisis puro y que “su forma aplicada a la terapéutica es una reducción”.
La locura existe para todos y en eso reside la singularidad. Todo el mundo es delirante porque no puede salir de la red del lenguaje, de la red del sentido. Abordarlo de esta manera tiene consecuencias en la práctica misma del psicoanálisis. Por eso Leonardo Gorostiza añade que esta fórmula equivale a decir que “no hay salud para todos” (3), que es lo mismo que afirmar “no hay sentido común para todos”. Recordemos que Lacan en “Televisión” dice que el sentido común, entendido como el buen sentido, “representa la sugestión” y “nos retrotrae a lo peor” (4). Si el sentido común es el que todos entienden, el universal, la tendencia es hacia la identificación a la masa y a los ideales comunes. El sentido siempre depende del otro y es solo un efecto de significado. Desde esta perspectiva no se toma en cuenta que el inconsciente no da respuestas adecuadas, adaptadas y que la repetición del síntoma es causa de goce. El síntoma siempre es escurridizo en su singularidad y no se deja atrapar por la norma.
Por eso la salvación por “los desechos”, y esto solo a condición de conducir al sujeto a la experiencia analítica que no excluye, desestima ni reprueba lo incurable.
(1) Miller, J.-A.: La salvación por los desechos, en: http://www.ebp.org.br/enapol/09/es/texto/jam.pdf
(2) Miller, J.-A.: Cosas de finura en psicoanálisis, curso del 12/11/2008, inédito.
(3) Gorostiza, L.: Nueve puntuaciones sobre “La salvación por los desechos”, en: http://www.ebp.org.br/enapol/09/es/lecturas_online/puntuaciones.pdf
(4) Lacan, J.: Radiofonía y televisión, Editorial Anagrama, Barcelona, 1977, pág. 90.
Nunca en “oposición subjetiva”
Gerardo Réquiz
Un analista no debe colocarse nunca en “oposición subjetiva” (1) a la chifladura de un sujeto. O, lo que viene siendo igual, al trozo de real que lo representa y le suministra la clave para su lectura del mundo y para su relación con la realidad.
La afirmación de inicio subyace en el corazón de los Principios de la práctica analítica. No así para las psicoterapias que en lugar de principios tienen instructivos que apuntan a la buena relación con la realidad y presentan como método un pragmatismo más cercano al sentido común que a lo real encarnado en la chifladura. Esta, con su presencia irreverente, se convierte en piedra de tranca de las psicoterapias de todo tipo incluyendo las de inspiración psicoanalítica.
Todo sujeto, sin quererlo, rinde honor a Freud porque su existencia es la experiencia viviente del “más allá” que el genio freudiano puso en primer plano sobre la repetición, a veces compulsiva, que signa la realidad mental. Pues bien, esa satisfacción “más allá”, que no obedece instrucciones es la tarea imposible de las terapias. Y no deja al terapeuta otro remedio que reprochar al sujeto porque no colabora con el tratamiento cuando él, con toda su experiencia, tiene el saber hacer y lo animan las mejores intensiones para ponerlo en el camino que conviene para el buen arreglo con la realidad. El noble pragmatismo que proponen como método terapéutico y como herramienta para el bien vivir los expone a un triste papel frente a la chifladura que lo rechaza.
Sin embargo, si de pragmatismo se trata ¿por qué no utilizarlo igualmente como argumento para legitimar nuestra praxis? También trabajamos para un mejor arreglo con la realidad ¿por qué no decirlo? Solo que nuestro pragmatismo es el de un objeto oculto pero activo, y nuestra realidad es la del síntoma, aséptico nombre que damos a la chifladura ¿Acaso cuando Lacan propuso el savoir y fareavec para este síntoma, no estaba finalmente prescribiendo un uso, y bien pragmático, de la chifladura de cada uno para arreglárselas consigo mismo y con la realidad?
(1) La expresión “oposición simbólica” es de J:-A.Miller. Véase Florilegio clínico del año 2000, p. 62. AMP, Buenos Aires, 2000
Equipe do Diário do Americano
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